Historia de la Fabricación Industrial del envase metálico

Historia de la Fabricación Industrial del envase metálico

El comienzo de la fabricación de envases en forma industrial, fue la consecuencia lógica que siguió a los primeros intentos con éxito de preservar productos alimenticios perecederos, usando diferentes tipos de recipientes y con aportación de calor. El envase de hojalata, desarrollado por Durand en 1810, demostró que era la mejor solución. Aunque la dificultad mayor a salvar,  estaba en la hermeticidad del contenedor. Para asegurar la eficacia del proceso, se imponía garantizar que el aire no pudiera  entrar  en el interior. Esta condición era difícil de obtener cuando los envases se hacían a mano. Las láminas de hojalata disponibles para elaborar los mismos,  estaban recubiertas de una capa muy gruesa de estaño y el acero no tenía siempre una  uniformidad en su espesor y dureza. Obtener uniones herméticamente selladas con estos primeros materiales era realmente un arte. Entrando en el detalle de la fabricación de estos  envases iniciales:

Cuerpos:

Los hojalateros de la época trazaban sobre la hoja metálica, el  rectángulo correspondiente al desarrollo del cilindro que conformaría el cuerpo, así como las circunferencias de las tapas y los cortaban  con cizallas manuales. Las plantillas de los cuerpos así definidas, se arrollaban alrededor de un tambor, superponiendo sus extremos unos 6 milímetros. A continuación soldaban  a mano esta zona, – con el clásico soldador que de niños vimos usar a los hojalateros ambulantes –  resultando una costura lateral.  Con posterioridad  a este tipo de costura se la llamó “solapada”.

En años posteriores se mejoró el procedimiento: el cuerpo se curvaba pasando las plantillas a través de un sistema de rodillos ó enrolladora. En 1861, Pellier en Francia obtuvo una patente de una maquina – engatilladota- que era capaz de preparar los extremos  a soldar, plegando los mismos y formando unos ganchos que una vez unidos y apretados se soldaban por el exterior

Como ya se ha dicho, inicialmente fueron los propios conserveros los que se fabricaban sus envases, pero poco a poco fueron apareciendo fabricantes de latas propiamente dichos. A ello contribuyó el desarrollo de maquinas especificas con un cierto grado de complejidad. Así en 1883 la empresa Norton Brothers Company de Chicago inventó  una formadora de cuerpos (bodymaker) semiautomática, con una soldadora de la costura lateral incorporada, llegando a alcanzar una capacidad de producción de 40 cuerpos/minuto. En menos de una década este equipo fue mejorado y ya fue capaz de rebasar los 100 cuerpos/minuto. La firma Norton Brothers fue creada en 1868 en Toledo (Ohio), inicialmente era una conservera de vegetales, que se fabricaba sus propios envases. Fue creciendo y especializándose en fabricación de los mismos, acabando, por montar fabricas dedicadas exclusivamente a este mercado.

Tapas:

Para hacer las tapas, los discos de hojalata se trazaban y cortaban más grandes que la abertura de los extremos del cuerpo, de manera que sus bordes se pudieran doblar para formar un “faldón”. Este se conseguía martillando con un mazo sobre un soporte llamado “formador”.  Para poder llenar el envase de alimentos, una de las tapas tenia en el centro un agujero de unos 35 milímetros, a través del cual se hacia esta operación. Después, el envasador procedía a soldar, sobre este orificio, un disco del mismo material que el fabricante del envase también le había suministrado.

En 1847, Allen Taylor en E.U. desarrolló una prensa  que con un útil adecuado, era capaz de hacer el faldón o pestaña  sobre el disco. A los pocos años, esta idea fue desarrollada de manera que ya se hacia simultáneamente el corte, la pestaña y el agujero de llenado sobre la tapa. Para ello fue preciso que Henry Evnas  idease la prensa de péndulo.

Unión cuerpo-tapa:

Para unir la tapa pestañada al cuerpo, este se colocaba en un soporte ó mandril, a continuación la tapa se insertaba en el extremo del cuerpo y  se soldaba el conjunto a mano.  El procedimiento era engorroso y lento.

Debido a ello, su coste resultaba importante por lo que hubo intentos de hacerlos reutilizables, a base de reconstruir de nuevo el extremo abierto, rebajando su altura y colocándole una nueva tapa.  Este procedimiento prosperó más ó menos en función del país y de los productos a envasar. Lo cierto  es que estuvo más de medio siglo empleándose  en ciertas regiones, hasta que las normas sanitarias lo desterraron.

En 1859, se ideó hacer girar de manera inclinada al conjunto cuerpo-tapa,  introducida la zona  a soldar en un baño de soldadura. Con ello se consiguieron producciones de 1000 envases al dia y persona.

Veinte años después, aparecían las primeras maquinas, que desarrollando el principio anterior, colocaban automáticamente las tapas sobre los cuerpos y luego soldaban el conjunto, (introduciendo solo la zona a cerrar en un baño fundido haciendo girar  inclinado el envase, como ya se ha indicado). Así la aleación de soldadura únicamente se aplicaba al cierre, quedando la tapa limpia de  la misma. Algunos modelos de maquinas capaces de hacer esta operación fueron el “flotador Howe” y el”Little Joker” de Meriam.E